1. La Escondida
Un molino azucarero que enviaba su producto a toda Europa, resalta por su edificio principal, un acueducto y canales que corren cerca y un ambiente tétrico. A inicios del siglo XX funcionó como ingenio azucarero con maquinaria impulsada por turbina hidráulica, calderas y desfogues. Su acueducto conserva aún varios arcos y parte del cauce que abastecía la molienda. Se planeaba refinar la caña para distribuir azúcar a todo México y hasta Europa, transportando el producto hasta el puerto de San Blas.

2. Ex-fábrica de Bellavista
Parcialmente abandonada, fue escenario de la primera huelga obrera del siglo XX. Para conocer su arquitectura, su interior, así como sus innumerables historias reales y paranormales, no puedes dejar de visitarla. Construida en 1841 como réplica de una fábrica textil de Gante, Bélgica, fue adquirida por Eustaquio Barrón y Guillermo Forbes en 1846. Llegó a emplear cerca de 350 obreros y fue escenario de la primera huelga obrera en México el 20 de marzo de 1905. Operó hasta 1990. Actualmente es museo y centro cultural con maquinaria original, fotografías históricas y escuela de artes.

3. Hotel Playa Hermosa
Ubicado al final de la playa El Borrego en San Blas, albergó a personalidades de talla internacional como Jim Morrison. Tras alejarse el mar y por problemas con mosquitos y jejenes, fue finalmente abandonado. Abrió en 1951 con la presencia del presidente Miguel Alemán, con más de 100 habitaciones, alberca y restaurante frente al Pacífico. Se afirma que hospedó a Elizabeth Taylor, Richard Burton y Jim Morrison. El abandono se debió al alejamiento de la línea costera, las plagas y huracanes como Kenna en 2002. Hoy solo quedan ruinas.

4. Ruinas de Jauja
Una ex-fábrica textil se ubica al norte de la capital. Tras su incendio de 1947, presuntamente provocado, quedó en el estado que retiene hasta el día de hoy. Construida entre 1833 y 1838 por Barrón & Forbes, empleaba maquinaria inglesa y llegó a tener 500 obreros en tres turnos diarios. Fue uno de los primeros centros industriales del occidente de México. El incendio de 1947 selló su destino, conservándose en ruinas hasta la actualidad.

5. La Contaduría
En lo alto de un cerro en San Blas, el Fuerte de San Basilio fue uno de los escenarios de la guerra de Independencia de México. Aquí también se encuentran las ruinas de la Iglesia de la Marinera. Construido en 1760 para proteger el puerto de ataques piratas, fue escenario de combates en la Independencia y en la invasión estadounidense de 1847. Actualmente funciona como museo comunitario con piezas arqueológicas y restos de embarcaciones, con arquitectura de piedra aparente del siglo XVIII y vistas panorámicas de San Blas.

6. Fraccionamiento Las Delicias
Aunque algunos erróneamente intentaron llamarle «El Chornobyl de Tepic», en realidad este peculiar asentamiento jamás fue habitado por problemas en su sistema de drenaje. Ubicado al noroeste de Tepic, el fraccionamiento fue abandonado por fallas estructurales en la red de drenaje que impidieron su habilitación.

7. Los Toriles
Un sitio arqueológico en Ixtlán del Río, resalta por su tradición de las tumbas de tiro, así como restos de edificios con uno de los pocos templos circulares del área mesoamericana. Es la única zona arqueológica abierta al público en Nayarit. Su desarrollo inició alrededor del año 400 d.C. y prosperó entre 700 y 1200 d.C. Tiene más de 80 hectáreas con al menos catorce conjuntos arquitectónicos. La estructura principal es un templo circular de 24 metros de diámetro dedicado a Ehécatl-Quetzalcóatl, rodeado de palacios y patios. Se practicó aquí la tradición funeraria de tumbas de tiro y luego la Aztatlán.
